El Mundial de las grandes audiencias

Si estáis hartos de leer sobre el Mundial y demás, lo siento pero yo tengo que hacer lo propio. Sé que me tocaba seguir con las entradas sobre los targets, y de hecho lo retomaré después, pero es que la actualidad manda. Eso sí, no voy a comentar nada futbolístico, que no es lo mío, pero sí de los aspectos televisivos, concretamente de los datos de audiencia.

Sobre los datos concretos de audiencia poco queda que decir que no se sepa, el Mundial ha barrido a la competencia, que ya de por sí en verano es flojita, y ha levantado los share medios diarios tanto de Telecinco, quien emitía los partidos importantes, como de Cuatro que ponía los de menos categoría. Además, no sólo se han seguido con expectación los partidos sino también los programas de seguimiento, tanto en los canales mencionados como en LaSiete e incluso en otras cadenas que no poseían los derechos, como es el caso de Intereconomía y su ‘Punto y pelota’.

Es cuanto menos llamativo que en un panorama de audiencias fragmentadísimas, en el que un 10% ya no está tan mal y un 20% es casi una proeza, haya un evento que consiga atraer audiencias de más del 50% por ciento y que llegue a coutas del 80%, e incluso a un minuto de oro del 90% como pasó anoche en la final, algo sin duda histórico.

Esto es el reflejo de que el deporte interesa, y concretamente el futbol puede mover grandes masas de audiencia en nuestro país. Eso sí, cada uno hará su balance de si es rentable o no en términos económicos asumir la gran inversión que supone la compra de estos derechos deportivos, porque esta semana Silvio González, consejero delegado de Antena 3, expresaba que no lo era, pero claro, si le preguntásemos a Telecinco nos dirán que sí.

En mi opinión, tener un evento como este, máxime si gana la selección española, da muy buena imagen a la cadena, pero tampoco cimienta un proyecto empresarial sólido. Y es que los espectadores que se acercasen a Telecinco por el mundial no van a quedarse cuando este acabe, por lo cual este tipo de eventos son un poco “pan para hoy, hambre para mañana”.

El antes mencionado Silvio González comentaba concretamente:

“no quiero ni pensar lo que (Telecinco) está perdiendo con el Mundial. En cuanto acaba el partido la gente se va, no te construye nada, ni imagen de marca ni fidelidad. Lo peor de todo es que los precios de retransmisión son carísimos”.

Y eso es a lo que me vengo a referir, que una serie o un programa si tienen éxito fidelizan a la audiencia y se convierten en una parte del castillo de naipes que le da solidez a la estructura, permanece en la cadena y sigue dándo alegrías (si las da) semana a semana, mientras que un evento deportivo es flor de un día, cuando acaba, acabó. Eso sí, que les quiten lo bailao.

Cuestión de targets: los públicos y los contenidos

En los últimos días hemos conocido la noticia de la próxima aparición de nuevos canales de TDT, que llegarán previsiblemente tras el verano a nuestras pantallas. Concretamente el grupo Telecinco tiene previsto lanzar LaNueve, un canal que dicen que irá destinado al “público femenino”, mientras que desde Antena 3 sacarán el canal Nitro dedicado al “público masculino”.

Esto me ha hecho reflexionar sobre el concepto del target, de cómo unos contenidos buscan unos públicos u otros, o de cómo se plantean los grupos audiovisuales la búsqueda de públicos concretos en este panorama tan fragmentado que es el de la TDT. Es el tema que intentaré desarrollar en esta entrada y alguna más sucesiva.

Para empezar, la pregunta clave es: ¿existen contenidos para público masculino o femenino? Esto es, ¿influye el género a la hora de decantarse por una oferta televisiva u otra?

Se supone que sí, pero a mí me da que las cosas no son ni tan blancas ni tan negras. Yo no voy a entrar en polémicas sobre igualdad o sexismo porque por ahí no van los tiros, pero me llama la atención que se califiquen los contenidos para un género, cuando a cualquiera le puede gustar. Por ejemplo, mi serie favorita es ‘Mujeres desesperadas’ (ya en el título, la primera en la frente) y disfruto también series presuntamente femeninas como ‘Ugly Betty’, ‘Sexo en Nueva York’ o ‘Gossip girl’, en cambio Ruth nos contaba el otro día que ella, mujer, no suele gustar de contenidos que se califican “de mujeres”, y para poco en sus zappings por canales como Nova o Cosmopolitan. Otro ejemplo, yo odio el futbol y en cambio a Chicadelatele le apasiona, ¿es entonces el futbol un contenido para hombres? Igual no.

Con esto quiero decir que las cosas no son tan radicales como parece, pero finalmente sí que tenemos que tener en cuenta que si nos dicen lo de “masculino” o “femenino” igual es por algo. El mundo televisivo se mueve por una razón, la publicidad, que es la mayor fuente de ingresos de las cadenas televisivas, y a su vez, la publicidad se mueve en torno a estos conceptos de públicos objetivo a los que dirigir las campañas publicitarias.

La publicidad en ese sentido tira mucho de estadística, y aunque sí, habrá mujeres viendo los partidos de futbol y hombres viendo ‘El diario’, lo que a ellos les importa es el grueso, qué rasgos comunes tiene la mayoría de los espectadores que se sienta ante el televisor a ver un determinado programa y qué le podemos vender a ese espectador medio. Con este razonamiento, y basándonos en pura estadística sacada de esos aparatitos tan odiados por muchos llamados audímetros, podemos afirmar que sí que existen contenidos para hombres o mujeres, al igual que para viejos o jóvenes, o para distintos niveles socioculturales. Seguir leyendo