
Leo estupefacto que Ángel Gabilondo, Ministro de Educación y hermanísimo de Iñaki, ha propuesto abrir un debate sobre eliminar el doblaje de productos audiovisuales.
Una propuesta del todo absurda, inviable y que sólo responde a una necesidad de recordar a la gente que existe y justificar de algún modo el gasto público que se invierte en pagarle su jornal. No veo otra explicación.
Ya sabéis que yo veo las series y películas en versión doblada y así me gusta hacerlo. No voy a entrar hoy, ni quiero hacerlo, en un debate sobre si es mejor la versión original o el doblaje, porque es una discusión que siempre acaba en el mismo punto de empate: que cada uno vea las series/películas de la manera que guste, y deje a los demás hacer lo propio.
Ángel Gabilondo alega que ver películas en versión original favorece al aprendizaje de idiomas. Es cierto. Pero también lo favorece el oír música en otros idiomas, el leer libros en otros idiomas, el ver obras de teatro en otros idiomas…
¿Prohibimos las representaciones de textos de Molière en castellano? ¡Qué se hagan en su idioma original, mon Dieu! ¿Instamos a los grupos españoles a que nos canten en inglés? Si prohibimos doblar al castellano las películas, ¿por qué no prohibimos la traducción de obras literarias también? leer libros en su idioma original también favorece el aprendizaje de idiomas, ¿no? Demencial.
Para mí, el visionado de películas o series no supone un acto de aprendizaje de idiomas, para mí está más relacionado con el disfrute de una disciplina artística, del divertimento, el ocio y el entretenimiento. Las películas o series no son elementos educativos sino obras de arte o espectáculo. Por tanto, quien quiera usarlos como método de aprendizaje de idiomas, estupendo, pero esa no es su misión final.
El estudio y aprendizaje son actos voluntarios y no podemos obligar a la gente a que lo lleves a cabo si no quiere. Existen múltiples vías para acceder a contenidos en versión original subtitulada (no sólo internet), hay salas de cine y las televisiones emiten muchos de sus contenidos extranjeros en versión dual con subtítulos.
Si quiere Gabilondo, que subvencione más salas de cine en versión original, o que obligue por ejemplo a las televisiones a emitir más contenidos en modo dual con subtítulos. Sumar siempre es positivo. Pero eliminar el doblaje, es restar, algo negativo.
¿No sería mejor, señor Ministro, que se encargase de mejorar el sistema educativo, usted que puede y debe hacerlo?
La responsabilidad del aprendizaje está en las escuelas y en las instituciones educativas que lidera el Ministerio de Educación, y no en las industrias del espectáculo, el entretenimiento o el arte.
Y mucho menos la supresión de una forma de expresión (es decir, la traducción de obras audiovisuales y posterior doblaje) podrá considerarse una forma de enriquecimiento de la cultura, sino todo lo contrario.
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